Eres el punto de partida de mi memoria difusa.
El transporte a mis recuerdos,
la protagonista del tiempo.
Existes infinita
entre lo árido y húmedo,
entre los matices que explotan en mis papilas gustativas.
Eres excusa y razón,
la sonrisa que escapó al destilarse entre mi voz.
Te descubro en textura y sabor,
cuando te encuentras contigo misma entre mis manos, Inventándote a pedazos.
Eres mis tres y hasta cinco veces al día.
Mi amanecer y mis noches frías.
Te paseas por el amargo y dulce entre mi boca,
congelando mi espacio y tiempo.
Porque no eres un plato más ni un plato menos,
eres los momentos que marcan mi pecho.